martes, 4 de agosto de 2015

La adicción a las compras: una promoción de la sociedad de consumo

Ana Giorgana
agosto 2015
www.cecreto.com



Todas las adicciones se encuentran dentro de lo que se denomina Trastornos de Ansiedad, principalmente aquella que tienen que ver con el comportamiento. No necesariamente tienen una base de abuso de sustancias.Resultado de imagen para compradores compulsivos

Algunas personas se encuentran inmersas dentro de la sociedad de consumo. La gran mayoría de los estímulos están destinados al consumo, a la compra.

La adicción a las compras se convierte en un problema cuando los gastos se salen de control. Una compra exagerada, inapropiada o fuera de control. Incluso, generalmente, sobre cosas intrascendentes, que no se necesitan.

Con frecuencia, estos gastos están encaminados a: exceso de comida, de ropa, de joyas, de zapatos, plantas o lo que sea. Cualquiera puede ser el objeto de compra.

Sin embargo, existe una pauta de comportamiento del comprador compulsivo:
La culpa. Se sienten muy mal cuando se dan cuenta de lo que han hecho. Un tanto como los comedores compulsivos que no pueden dejar de tener atracones.  En este caso, el atracón es hacia la compra.

Los compradores compulsivos pueden abusar de las finanzas familiares, de la pareja, o bien, de ellos mismos. Lo importante es comprar. En la ludopatía lo importante es apostar.
La compra compulsiva: “se caracteriza por un deseo imperioso por comprar algo, no importa qué y sin importar sí el objeto se necesita o no”.

Como toda adicción, cuenta con un fondo depresivo y ansioso, del cual se huye y se evita, lo que lleva al comportamiento adictivo. Además de estar aderezado por un problema en la valoración personal o autoestima.  Se sienten poderosos y valiosos al comprar.

Generalmente las mujeres lo presentan con mayor frecuencia que los hombres. Y, está en relación directa con el aprendizaje de patrones familiares de consumo, o bien, de carencia durante un largo tiempo.

El hecho de comprar les genera plenitud, poder, autoestima. Por tanto, es esta sensación lo que les lleva a repetir de manera compulsiva estar comprando. Evitando emociones como: el enojo, la ira, la ansiedad, la falta de valoración personal y la depresión.

Se han identificado algunas fases por las que atraviesa el comprador compulsivo:

Anticipación: están llenos de ansiedad por un objeto o por la compra en sí.
Preparación: cómo lo van a comprar, dónde, con qué tarjeta, generalmente viven endeudados.

La compra en sí: la excitación de comprar el objeto anhelado o deseado. Un éxtasis indescrptible. Este gozo no se compara con otra cosa en su vida.

Las personas adictas a las compras lo hacen solas. No están dispuestos a compartir su gozo ni su vergüenza por lo que realizan. La culpa a menudo se aparece como la compañera más fiel.

Existe un reconocimiento y una toma de conciencia de su comportamiento exagerado, pero no pueden evitarlo, y es ahí, donde se convierte en un problema.



Como en toda adicción existen patrones persistentes dentro de la esfera afectiva y psicológica. En Cecreto estamos especializados en el trabajo de dependencias emocionales porque la adicción al trabajo es una de ellas.
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