agosto 2015
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Todas las adicciones se encuentran dentro de lo que
se denomina Trastornos de Ansiedad, principalmente aquella que tienen que ver
con el comportamiento. No necesariamente tienen una base de abuso de
sustancias.
Algunas personas se encuentran inmersas dentro de
la sociedad de consumo. La gran mayoría de los estímulos están destinados al
consumo, a la compra.
La adicción a las compras se convierte en un
problema cuando los gastos se salen de control. Una compra exagerada,
inapropiada o fuera de control. Incluso, generalmente, sobre cosas
intrascendentes, que no se necesitan.
Con frecuencia, estos gastos están encaminados a:
exceso de comida, de ropa, de joyas, de zapatos, plantas o lo que sea.
Cualquiera puede ser el objeto de compra.
Sin embargo, existe una pauta de comportamiento del
comprador compulsivo:
La culpa. Se sienten muy mal cuando se dan cuenta de lo que
han hecho. Un tanto como los comedores compulsivos que no pueden dejar de tener
atracones. En este caso, el atracón es
hacia la compra.
Los compradores compulsivos pueden abusar de las
finanzas familiares, de la pareja, o bien, de ellos mismos. Lo importante es
comprar. En la ludopatía
lo importante es apostar.
La compra compulsiva: “se caracteriza por un deseo
imperioso por comprar algo, no importa qué y sin importar sí el objeto se
necesita o no”.
Como toda adicción,
cuenta con un fondo depresivo y ansioso, del cual se huye y se evita, lo que lleva al
comportamiento adictivo. Además de estar aderezado por un problema en la
valoración personal o autoestima. Se
sienten poderosos y valiosos al comprar.
Generalmente
las mujeres lo presentan con mayor frecuencia que los hombres. Y, está en relación directa con el aprendizaje de
patrones familiares de consumo, o bien, de carencia durante un largo tiempo.
El hecho de comprar les genera plenitud, poder,
autoestima. Por tanto, es esta sensación lo que les lleva a repetir de manera
compulsiva estar comprando. Evitando emociones como: el enojo, la ira, la
ansiedad, la falta de valoración personal y la depresión.
Se han
identificado algunas fases por las que atraviesa el comprador compulsivo:
Anticipación: están llenos de ansiedad por un
objeto o por la compra en sí.
Preparación: cómo lo van a comprar, dónde, con qué
tarjeta, generalmente viven endeudados.
La compra en sí: la excitación de comprar el objeto
anhelado o deseado. Un éxtasis indescrptible. Este gozo no se compara con otra
cosa en su vida.
Las personas adictas a las compras lo hacen solas.
No están dispuestos a compartir su gozo ni su vergüenza por lo que realizan. La
culpa a menudo se aparece como la compañera más fiel.
Existe un reconocimiento y una toma de conciencia
de su comportamiento exagerado, pero no pueden evitarlo, y es ahí, donde se
convierte en un problema.
Como
en toda adicción existen patrones persistentes dentro de la esfera afectiva y
psicológica. En Cecreto estamos
especializados en el trabajo de dependencias
emocionales porque la adicción al trabajo es una de ellas.