martes, 17 de enero de 2012

El celular nuestro gran compañero de vida...

En días pasados estaba sentada en un centro comercial y pude percatarme que el
teléfono celular se ha convertido en el artefacto moderno que acompaña todas
nuestras actividades. Las personas pasaban y pas eaban, caminaban de un lado a otro
de la plaza y la gran mayoría, sino es que todas , contaban con un teléfono móvil.


Muy cerca de donde me encontraba había un café. En una mesa se estaban reunidos
varios amigos, uno de ellos platicaba alguna anécdota, todos parecían estar atentos a
su conversación, pero de pronto uno de los teléfonos sonó y por supuesto la plática
se interrumpió por que la persona apresuradamente contestó su teléfono. El amigo
que conversaba, se quedó callado mientras el otro terminaba la llamada. Volvieron
a la conversación aproximadamente 2 minutos, cuando el teléfono del otro integrante
de la mesa sonó y éste por supuesto, contestó su teléfono. La plática se interrumpió
de nuevo. Para no cansarlos llegó un momento en el que los cuatro integrantes de la
mesa, que supuestamente se habían dado cita para conversar estaban cada uno
hablando por sus celulares con personas distintas y cada un o en su conversación.

Pasaron más tiempo hablando por su celular que con los amigos en el café. De
pronto se despidieron. Pude comprender que no acabaron de tratar sus temas porque
al final, uno de ellos comentó, haber si te llamo la semana que entra para que
platiquemos.

Y entonces vino a mi mente una pregunta:

 ¿ No sería mejor que se hablaran por teléfono para platicar ?.
Esta pequeña historia da cuenta de cómo el teléfono es ya un compañero en nuestras vidas.

Lo utilizamos cuando manejamos, cuando comemos, cuando nos reunimos con los
amigos, cuando vamos al doctor, en el super, en la oficina, en la escuela, a todos
lados donde vamos lo llevamos. No podemos mantenernos desconectados ni por un
momento. La posibilidad de que nos encuentren o encontremos a alguien siempre es
mejor en el teléfono.

Todos lo usamos los niños, los jóvenes y los adultos. Es ya una parte integral de
nuestra vida. Podemos salir sin un quinto en la bolsa, pero el celular nunca nos falla.
Los momentos se convierten en una verdadera tragedia si por alguna razón lo
olvidamos. Además de que llegamos a la casa o a la oficina pa ra checar cuántas
llamadas perdidas tenemos, cuántos mensajes nos han enviado y luego , luego y
rapidito contestamos nuestros pendientes.

El teléfono representa la comunicación. En cierto sentido nos mantiene unidos a la
casa, a la familia, a los amigos, a la oficina. Aún en la distancia no nos
desconectamos de ninguna de las áreas anteriormente mencionadas. Siempre
estamos enlazados. Continuamente estamos al alcance. Invariablemente tenemos
forma de saber que alguien nos busca y por supuesto , que con el celular nos
encuentra.

Este teléfono móvil ha sido el invento más poderoso del siglo XXI, tiene sus
bondades contar con él. Cuando nos encontramos en apuros, en una emergencia,
cuando se nos poncha una llanta o hemos sufrido un accidente es realmente
maravilloso contar con un artefacto de esta naturaleza. Es ya impensable vivir sin él.
También representa un recordatorio para los olvidos. Vamos al super , y por
supuesto, como a muchos nos pasa nos descuidamos y la lista se quedó en casa.
Basta una llamada para que nos la reciten. Nos ahorra un tiempo precioso y de por
ahí , nos acompaña a hacer nuestras compras.

También es un aparato indispensable cuando estamos perdidos o no encontramos la
dirección de la casa de un amigo. Una llamada nos soluciona e l problema y nos saca
del apuro. Tenemos la casa enfrente y ni la vemos , pero es suficiente con marcar
algunos números y ya estamos ahí.

Es más lo usamos hasta para encontrarnos con alguien. Vamos a vernos para una
cita, acabamos de llegar al lugar ya n i nos molestamos por buscar a la persona, con
una llamada la ubicamos inmediatamente. La mesa en la que está, bueno casi, casi,
olemos hasta el café que ya se está tomando.

Este pequeño aparato nos dice dónde están nuestros hijos, nuestro marido, es más es
capaz de decirnos hasta dónde estamos nosotros mismos. Y sí no estamos ahí pues
creemos que estamos ahí porque a través del teléfono nos ubicamos.

Una gran ventaja para los jóvenes y una gran desventaja también. Los papás los
localizan en el momento en donde estén. Pero es también un gran trastorno, porque
cuando más queremos comunicarnos con ellos, siempre sucede: se les acabó la pila,
no tienen crédito, se les olvidó prenderlo, no había señal, no sonó… Existen muchas
anécdotas alrededor de un celular.

También es un compañero de vida en nuestras relaciones. Cuántas rupturas,
encuentros y desencuentros se dan mediante este pequeño aparato que va con
nosotros a todos lados. Los y las adolescentes están permanentemente conectados
con sus cuates, con sus novios. Se dicen palabras de amor y de odio todo el tiempo.

A través de ese artefacto se comunican sus sentimientos más sinceros o sus enojos
más sentidos. Además de que da la posibilidad de platicar después del antro o de la
fiesta para saber todo lo que fulanito hizo o dejo de hacer durante el convivio.

El celular no lo abandonamos nunca. El problema es cuando no queremos ser
encontrados. Entonces no contestamos porque el identificador de llamadas nos dice
quién es, aquel que nos habla…. No co ntestamos porque no queremos hablar con esa
persona. Y luego, siempre existe como una especie de reclamo: pero si te llamé a tu
celular y hacemos caso omiso y decimos que raro no tengo llamadas tuyas.

Tan se ha convertido en nuestro compañero de vida que ya ni siquiera nos
esforzamos por memorizar los números de teléfono. La manera más fácil y rápida es
localizar a alguien por el nombre. El número quién sabe cuál pudiera ser. Nuestra
vida entera y la de nuestras relaciones se encuentra en un chip que ad emás podemos
intercambiar cuando cambiamos de modelo de celular. Ya no tenemos ni que
pensar, sólo cambiamos la tarjetita y al instante tenemos de nuevo nuestra vida
completa de relaciones en la lista. Y si se nos perdió qué gran problema. Quedamos
incomunicados para el resto de nuestra vida. Volamos presurosos a cancelar la línea
y luego descansamos cuando ya tenemos otro aparato con nuestro mismo número.

Cómo me van a localizar.

Además también como nosotros el celular o el teléfono móvil está sujeto a la moda y
a los avances de la tecnología. No sólo es conveniente tener un teléfono móvil.

También es importante, claro para muchos, tener el que esté a la vanguardia . Lo más
avanzado. El rosa con florecitas verdes. O el verde con florecitas rosas. Eso también
es muy, muy importante.

Para muchos, tener el celular con cámara, digital, casi, casi es la ley. Aditamentos,
colgigues, adornos, fundas, camitas para que descanse, peluches que lo adornen es la
base. ¡ A poco no ¡ Me siento miserable cuando mi teléfono no hace las maravillas
que hace el de mi amigo.

Cada día estos pequeños aparatos son necesarios para vivir en esta vida de hoy.

Cuando llegamos por ejemplo, a contratar nuestro nuevo plan, queremos ahora el
más moderno, el que mas funciones ti ene, porque es una microcomputadora que nos
conecta a todo a nuestros seres queridos y hasta los menos queridos también.

Más que las personas el celular se ha convertido en nuestra manera de vinculación.
Vincularse es estar en contacto con otros, con esos muchos otros a los que amamos y
también a los que no tanto.

Nos acompaña en nuestras alegrías y en nuestros pesares. En nuestros triunfos y en
nuestros fracasos. En los momentos más amargos de nuestra vida y en los más
alegres. También está con nosotro s en el transcurrir de nuestros días.

Sí usted no me cree todo lo que aquí expongo. De verdad hábleme por el celular y
yo puedo contestarle sus dudas de inmediato. En cualquier momento esté dónde esté.

Ana Giorgana
Psicoterapeuta
cecreto52@gmail.com
www.cecreto.com