sábado, 27 de agosto de 2011

Las Ciudades del Pánico...



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Ana Giorgana
Calidad de vida emocional
En su libro "Ville panique " publicado en el 2004, Paul Virilio sostiene la tesis acerca de cómo las ciudades se están convirtiendo en lugares de pánico. Todo lo que tenga que ver, según este autor, con el Ministerio de Guerra, es decir el Ejército, está siendo cada vez menos formalizado y se encuentra en prácticas que él denomina en “desuso”.

Desde su visión, la guerra que antes estaba delimitada a territorios y actores, ahora se ha abierto paso entre las ciudades y afecta directamente a quienes viven en ella, se dirige contra blancos vulnerables e indefensos como es la sociedad civil.

En sus palabras: “la guerra ha pasado de ser asunto de estados a asuntos de ciudades, ahora entró directamente en el alma de cada uno de los habitantes de las ciudades que no pueden gestionar esta tensión más que con una angustia insoportable, un estado de emergencia permanente”.
Pareciera que estamos siendo testigos de un escenario más de esta teoría y reflexiones duras y crudas en una realidad no sólo en México, sino en diversos escenarios de la vida mundial. Nada es seguro sólo el miedo, la desconfianza y la reacción emocional de los ciudadanos frente a hechos intransigentes y terroristas.
La seguridad de las naciones se ha convertido en una necesidad pero también en una obsesión, no sólo para los estados sino para todos y cada uno de los ciudadanos que vivimos en este planeta. Hoy hemos visto de lo que esas ciudades del pánico tienen que vivir en los acontecimientos de Monterrey, pero lo mismo fue en Madrid, en las torres de Nueva York, etcétera. Parece que los grupos criminales se apoderan del miedo, de la emoción y de la inseguridad para cometer sus actos terroristas para avalar su poder y entrar en guerra con los estados-nación tomando como carne de cañón a la sociedad civil.
El pánico es el ingrediente principal de estas guerras cruentas e irresponsables. El miedo es un sentimiento de terror frente a un peligro real o fantaseado frente a una amenaza. En este sentido, el pánico se fundamenta en las acciones de terceros que ponen en peligro a una ciudad, a sus habitantes y también a aquellos encargados de la seguridad de la polis o de la nación.
Quién va a poder vivir en paz sabiendo que nada es seguro ni en la propia vecindad. La desconfianza se ha vuelto el signo característico de estas ciudades envueltas en situaciones de pánico. No se puede confiar ni en el vecino de enfrente, de la derecha o de la izquierda. Ya no se sabe!
Y siguiendo las líneas de Virillio concluye que “el miedo y el pánico son los ingredientes principales de la política hoy en día”. Desestabilizar mediante acoso, atentados, amenazas, accidentes.
Frente a un estado enano en lo que respecta a las fuerzas para enfrentar a dichas células impregnadas de crueldad, intransigencia, terrorismo y clandestinidad.
Cómo pactar con aquellos que se esconden frente a sus crímenes y están al acecho de amenazas cada vez mayores?
A partir de la Segunda Gran Guerra las ciudades se convirtieron en el blanco para ganar, para perder o para desestabilizar al enemigo. Para este autor es necesario ser más reflexivos y toma como punto de partido este hito en la historia y, desde ahí, considera que se infiltran los actos terroristas fundados en el pánico y en el exterminio de la ciudadanía para el logro del poder y de los fines de los diversos grupos en cuestión.
Una de las características más importantes del miedo y del pánico es que anula ante todo la reflexión. Y surge entonces en su lugar la expresión de la reacción de emociones como una respuesta de la masa. Y yo agrego: sólo el resguardo y la defensa cargados de emocionalidad iracunda, impotente y de seguridad se abren paso frente a una población indefensa y vulnerable sin otra opción que las emociones desbordadas. Los sobresaltos se vuelven la forma de vida en donde, además, los medios de comunicación se convierten en el agente de información.
Imágenes que informan y que significan los hechos brutales con tal nitidez, que aún a distancia uno no puede evitar sentirse sobrecogido frente a la experiencia de aquellos inmersos en esa situación de violencia y atentado contra toda forma racional y de lógica humana.
La ciudadanía se convierte poco a poco en su propia guardia, es soldado, y también es ciudadano. En este sentido, observo como las calles de algunas colonias se encuentran cerradas porque los vecinos acuerdan resguardarse de otros, de amenazas de terceros que se encuentran al acecho.
La función del ciudadano no ser soldado de sí mismo y de los suyos, sino por el contrario, es una atribución que le corresponde al Estado, sin embargo, en la práctica esto no es posible en estas ciudades del miedo y del pánico.
Lo más grave del asunto se encuentra en la calidad emocional con la que vivimos en estas ciudades. No podemos dejar de estar atentos a nosotros mismos y a los nuestros y defenderlos hasta el cansancio. Tomar todas las precauciones posibles, pero aún así, la incertidumbre vive y convive dentro de cada uno de los ciudadanos como un tejido fangoso por el que se tiene que transitar.
Cómo fomentar entonces esta clase de seguridad emocional que se requiere para que los individuos crezcan y se desarrollen en las mejores condiciones para que sean unos mejores ciudadanos el día de mañana. Su entorno está inseguro, lleno de dudas, de miedo, pero sobre todo, de incertidumbre. Realmente es preocupante.
¿Tendremos que aprender a vivir con esto?
El autor plantea una realidad, pareciera que su teoría se puede observar en los hechos ocurridos en los últimos acontecimientos en nuestro país.
¿Cuál será la solución? ¿Hasta cuándo? ¿Cuántas víctimas más?
Es una interrogante que no tiene una respuesta sencillo porque las aristas de esta problemática es compleja y escapa a la información de todos aquellos que habitamos en estas sociedades del pánico.
Lo más importante es que tenemos que cuidarnos y tomar todos y cada uno de nosotros las precauciones necesarias, al menos, para nuestra sociedad y los nuestros.
Gracias por leerme, mi misión es la calidad de vida emocional y su impacto en lo social.
cecreto52@gmail.com